El marco conceptual que influye
en el proceso de diseño de François Roche se basa principalmente en tres
puntos:
1.
El gótico de Villard de Honnecourt: en el cual el diseño estaba dado en
forma casi paralela al proceso de construcción.
2.
Sagrada Familia de Gaudí: ya que no estaban determinados exactamente
desde un principio los puntos a construir.
3.
Kazuo Shinohara: que fue el primero en escapar de la post modernidad y
reivindicó la ciudad japonesa actual como expresión de la vitalidad del ser
humano, abriendo un camino de relectura del caos urbano.
Para François Roche, el proyecto
arquitectónico resulta de un proceso de investigación y exploración, y en este
proceso, el diagrama opera como una herramienta proyectual adecuada a los
nuevos desafíos que debe enfrentar la arquitectura.
El procedimiento diagramático
integra búsquedas formales, tecnológicas, bioclimáticas, teóricas, funcionales,
ambientales y programáticas, que puedan implantarse y establecer una relación
directa con el lugar.
La mayoría de las obras de Roche
se ven influenciadas por una corriente que intenta imitar a la naturaleza en lo
máximo posible, como es en el caso de la Green Gordon, donde se toma como punto
de partida la imagen del reflejo en el agua de ramas y formas ondulantes y
retorcidas.
Muchas de sus obras también
tienen en común la piel biodinámica que cubre el edificio, generando en la
mayoría de los casos, una fusión del mismo con el entorno, y además, la
preocupación por las inclemencias meteorológicas, como son por ejemplo los
flujos de calor interno, aprovechamiento de la energía o la captura de del
polvo atmosférico a través de un sistema electrostático.
Los escenarios de hibridación, los injertos, la clonación y el morphing, dan lugar a la transformación perpetua de
la arquitectura que se esfuerza por romper las antinomias del objeto/sujeto u
objeto territorio:
No estético, No histórico, Sino genético. François Roche
Los lugares y los territorios
nutren las identidades, las condiciones previas y los afectos que la
arquitectura y el urbanismo reprimen y erradican de forma constante. El objeto
arquitectónico, que viene reclamando su autoridad desde hace cuatro siglos,
ejerce de forma incomparable el poder destructivo de lo moderno sobre lo
maduro. Pero al actuar de esta forma marca sus propios límites y su final.
La arquitectura no sabe cómo, no
puede sustituir la cultura moderna de forzar el lugar, no sabe volverse más
sensible a aquello que esta atropellando. Los horizontes del mundo de la
percepción, de la corporeidad y del lugar han sido demasiado poco a menudo
medios para la producción.
Territorializar la arquitectura
no significa cubrirla con los trapos de una nueva moda o estilo, que aun en
esencia manteniéndola, la alejan formalmente de los estilos y modas ya
consumidos.
Territorializar la arquitectura
con vistas a dotar al lugar de un contenido social, cultural y estético
significa insertarla en aquello que estuvo a punto de destruir y extraer del
paisaje (ya sea urbano o de otro tipo) lo esencial de la construcción; bien sea
a través de las esencias físicas y materiales que lo forman o bien a través del
clima, los materiales, las percepciones y los afectos.
Su habilidad para controlar un
territorio sin avasallarlo depende de la confusa identidad que desarrolla sobre
él, de las transformaciones que lleva a cabo, del desequilibrio que suponga su
implementación y de la ambigüedad de la red que hayan atravesado los materiales
en los procesos de extracción y transformación.
Juan Herreros dice: François Roche realiza un trabajo tan brillante como de difícil clasificación entre la investigación, la arquitectura y el arte contemporáneo. Su obra se mueve en el territorio de la ambigüedad entre lo que pueda ser considerado un edificio, un acontecimiento natural o fenomenológico y la producción de eventos colectivos. En todo caso, ningún rasgo utópico acompaña sus proyectos, todos desarrollados con la decidida vocación de construirse e incorporarse al sistema natural de la ciudad y la cultura.
En el caso de la casa Barak, el
proyecto de la vivienda se elabora a través de la exageración del paisaje,
generando un nuevo pliegue geológico que camufla el edificio. Estos pliegues se
construyen con métodos constructivos propios de tienda de campaña y debajo de
estos se alojan los espacios habitables de la vivienda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario