miércoles, 11 de abril de 2012

Reflexiones sobre el proyecto arquitectónico de François Roche


El marco conceptual que influye en el proceso de diseño de François Roche se basa principalmente en tres puntos:
                1. El gótico de Villard de Honnecourt: en el cual el diseño estaba dado en forma casi paralela al proceso de construcción.
                2. Sagrada Familia de Gaudí: ya que no estaban determinados exactamente desde un principio los puntos a construir.
                3. Kazuo Shinohara: que fue el primero en escapar de la post modernidad y reivindicó la ciudad japonesa actual como expresión de la vitalidad del ser humano, abriendo un camino de relectura del caos urbano.

Para François Roche, el proyecto arquitectónico resulta de un proceso de investigación y exploración, y en este proceso, el diagrama opera como una herramienta proyectual adecuada a los nuevos desafíos que debe enfrentar la arquitectura.

El procedimiento diagramático integra búsquedas formales, tecnológicas, bioclimáticas, teóricas, funcionales, ambientales y programáticas, que puedan implantarse y establecer una relación directa con el lugar.

La mayoría de las obras de Roche se ven influenciadas por una corriente que intenta imitar a la naturaleza en lo máximo posible, como es en el caso de la Green Gordon, donde se toma como punto de partida la imagen del reflejo en el agua de ramas y formas ondulantes y retorcidas.

Muchas de sus obras también tienen en común la piel biodinámica que cubre el edificio, generando en la mayoría de los casos, una fusión del mismo con el entorno, y además, la preocupación por las inclemencias meteorológicas, como son por ejemplo los flujos de calor interno, aprovechamiento de la energía o la captura de del polvo atmosférico a través de un sistema electrostático.

Los escenarios de hibridación, los injertos, la clonación y el morphing, dan lugar a la transformación perpetua de la arquitectura que se esfuerza por romper las antinomias del objeto/sujeto u objeto territorio:

No estético, No histórico, Sino genético. François Roche


Los lugares y los territorios nutren las identidades, las condiciones previas y los afectos que la arquitectura y el urbanismo reprimen y erradican de forma constante. El objeto arquitectónico, que viene reclamando su autoridad desde hace cuatro siglos, ejerce de forma incomparable el poder destructivo de lo moderno sobre lo maduro. Pero al actuar de esta forma marca sus propios límites y su final.

La arquitectura no sabe cómo, no puede sustituir la cultura moderna de forzar el lugar, no sabe volverse más sensible a aquello que esta atropellando. Los horizontes del mundo de la percepción, de la corporeidad y del lugar han sido demasiado poco a menudo medios para la producción.

Territorializar la arquitectura no significa cubrirla con los trapos de una nueva moda o estilo, que aun en esencia manteniéndola, la alejan formalmente de los estilos y modas ya consumidos.

Territorializar la arquitectura con vistas a dotar al lugar de un contenido social, cultural y estético significa insertarla en aquello que estuvo a punto de destruir y extraer del paisaje (ya sea urbano o de otro tipo) lo esencial de la construcción; bien sea a través de las esencias físicas y materiales que lo forman o bien a través del clima, los materiales, las percepciones y los afectos.

Su habilidad para controlar un territorio sin avasallarlo depende de la confusa identidad que desarrolla sobre él, de las transformaciones que lleva a cabo, del desequilibrio que suponga su implementación y de la ambigüedad de la red que hayan atravesado los materiales en los procesos de extracción y transformación.

Juan Herreros dice: François Roche realiza un trabajo tan brillante como de difícil clasificación entre la investigación, la arquitectura y el arte contemporáneo. Su obra se mueve en el territorio de la ambigüedad entre lo que pueda ser considerado un edificio, un acontecimiento natural o fenomenológico y la producción de eventos colectivos. En todo caso, ningún rasgo utópico acompaña sus proyectos, todos desarrollados con la decidida vocación de construirse e incorporarse al sistema natural de la ciudad y la cultura.


En el caso de la casa Barak, el proyecto de la vivienda se elabora a través de la exageración del paisaje, generando un nuevo pliegue geológico que camufla el edificio. Estos pliegues se construyen con métodos constructivos propios de tienda de campaña y debajo de estos se alojan los espacios habitables de la vivienda.

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